Es un instrumento utilizado para determinar la concentración de un componente químico coloreado en disolución mediante la comparación de su intensidad de color con la de una solución de concentración conocida; cuanto más intenso es el color mayor será la concentración de la sustancia a analizar, técnica que se denomina colorimetría. La luz necesaria para el uso del colorímetro viene proporcionada normalmente por el sol, mediante un espejo situado en la parte superior. El interior de la caja contiene dos tubos de cristal (denominados cilindros de Hehner), uno que contiene la muestra y el otro un líquido de referencia, por donde pasa la luz que proviene del espejo mientras que el visor está situado en la parte inferior del aparato. Los cilindros presentan un sistema de evacuación, abriendo una u otra llave se equilibran las columnas de líquido de modo que se produzca una misma percepción óptica en el observador.
W. Gallenkamp fue el inventor y obtuvo su patente para la forma más básica de este colorímetro en 1891. El artesano Hans Heele en Berlín hizo varios instrumentos de esta clase.
El que presentamos aquí fue fabricado hacia 1895.
W. Gallenkamp obtuvo su patente para la forma más básica de este colorímetro en 1891 y el artesano Hans Heele en Berlin hizo varios instrumentos de esta clase. El colorímetro contiene dos tubos huecos (cilindros de Hehner), uno que sostiene la muestra y el otro un líquido estándar por donde pasa la luz a través del espejo situado en la parte superior mientras que el visor está situado en la parte inferior del aparato. Las firmas Richards&Co. de Nueva York y The Denver Fire Clay de Denver ofrecían un “Gallenkamp‐Heele’s Colorimeter” en 1896 indicando: "con escala directa de porcentaje; ajuste fácil y rápido que permite lecturas muy precisas. Adaptado para las fábricas de azúcar, establecimientos de teñido, etc." y costaba $ 85. Este instrumento está marcado "Hans Heele, Berlín”. Debió de ser fabricado antes de 1923, cuando la empresa de Heele fue comprada por Bamberg.